La situación de seguridad en la provincia de Mendoza se encuentra bajo un intenso escrutinio debido a las preocupantes cifras que revelan una alarmante falta de efectivos policiales en las calles. A pesar de contar con una población en crecimiento constante, la gestión de seguridad de Suárez y Cambia Mendoza se ha quedado rezagada en la asignación de recursos, lo que pone en riesgo la tranquilidad de los ciudadanos.
Según datos proporcionados por fuentes oficiales, en la actualidad Mendoza cuenta con un contingente de 9.000 policías en total. Sin embargo, resulta inquietante que únicamente 6.800 de ellos estén efectivamente desplegados en las calles. El resto se encuentra destinado a labores administrativas, lo que reduce significativamente la presencia policial en lugares estratégicos, que de por sí es poca.
Hace apenas 8 años, la cifra de efectivos policiales era notablemente superior, superando los 11.000 agentes. Esta alarmante disminución de más de 2.000 efectivos en tan corto período de tiempo contradice la creciente necesidad de seguridad en una Mendoza en constante crecimiento. Con una población en aumento, la responsabilidad de velar por la seguridad de los mendocinos se vuelve aún más apremiante.
La falta de personal policial en las calles tiene consecuencias directas en la prevención y respuesta ante situaciones delictivas. La demora en la atención de emergencias, la incapacidad para patrullar de manera efectiva y la disminución de la sensación de seguridad entre los ciudadanos son resultados palpables de esta deficiencia en la gestión de recursos.
La seguridad de los mendocinos no puede quedar en segundo plano. La inversión en recursos humanos capacitados y en tecnología es crucial para enfrentar la inseguridad que se vive en la provincia.